Casa en Kapsalos
En la isla de Patmos, Grecia, en una de las laderas de la colina de Kapsalos, el arquitecto Dimitris Konstantinidis se hizo cargo del diseño de esta casa, dándole un papel de liderazgo a la armoniosa relación del edificio con el paisaje.
Los propietarios, una pareja holandesa que llevaban veinte años veraneando en la isla, decidieron hacerse su propia casa en esta ladera de Kapsalos con vistas a la cercana playa de la Bahía de Campos que se vislumbra abajo. "En la luz directa del sol y el aire que desciende de la montaña", dice la dueña de casa. Una casa-observatorio, rodeada por el aroma de lavanda, el tomillo y el orégano.
Siguiendo la filosofía de su padre, el renombrado arquitecto Aris Konstantinidis, Dimitris se mantiene fiel a la sencillez del diseño y de la sabiduría del artesano anónimo que trabaja materiales naturales.
Por lo tanto, optó por la piedra, la madera y el mármol Thassos para revestir la casa. Su primera preocupación era no exponerse directamente a los vientos de la montaña, por eso está diseñada para que se erija como una barrera contra el Egeo norte. Los dos edificios se unen a un patio, un punto de reunión diaria de la familia. Fresco pero protegido, siguiendo la filosofía del arquitecto: el paisaje pasa por el edificio como una ventana a la vista.
El deseo de los propietarios era una casa con amplias y luminosas habitaciones típicas de la arquitectura griega. Por lo tanto, la entrada principal techada conduce directamente a una habitación encalada, donde la cocina, comedor y sala de están dentro de un mismo habitáculo.
Este primer volumen de piedra se coloca en el punto más alto de la parcela, por lo que el salón cuenta con la mejor vista. Allí los propietarios pueden disfrutar de los impresionante matices que les proporcionan las vistas al Mediterráneo a través de las ventanas.
"En los días con cielos despejados vemos las islas opuestas, pero aún es más hermoso cuando hay tormenta y el mar está agitado", describe la propietaria. El primer edificio está unido a una acogedora terraza y las noches de verano se convierte en un lugar de encuentro para los amigos.
Muebles de mercados francés y holandés, obras de arte moderno y el diseño de piezas seleccionadas como las sillas Philippe Starck, crean un ambiente alegre y acogedor.
Debajo de la terraza, debido a la diferencia de altura, se ha creado un espacio que se utiliza principalmente por los dos jóvenes miembros de la familia. Se trata de una sala de estar abierta, cubierta de cómodas almohadas y vestidas con telas de algodón en tonos veraniegos.
En un nivel inferior se encuentra el segundo volumen de piedra, con tres dormitorios. Los respectivos baños y lavadero se encuentran a continuación en otro nivel.
Lo más importante: en cualquier punto de la casa se siente la montaña hasta el mar, pero protegidos por los blancos muros de piedra.
